Una de las preguntas que no falta cuando comienzo con una alumnas/o nueva/o es: ¿todos tus alumnos son tan burros como yo? Y cada vez me da mas risa porque es la pregunta infaltable.

Como maestra de niños tengo esa visión para comparar como aprenden los chicos y como los grandes,  a los niños no les preocupa equivocarse, ni romper si estan trabajando solos con un adulto, porque saben que el otro está para enseñar y punto.  Obvio que en grupo este comportamiento cambia por razones obvias (nadie quiere hacer el ridículo frente a sus amigos).

En cambio a los adultos, les da mucha vergüenza no saber y ser juzgados como inútiles o poco inteligentes, el punto es, si contratan a alguien para que les enseñe es porque no saben, partimos de esa consigna así que relajen que para eso estamos, por otro lado en cuanto se sacuden ese temor, el aprendizaje se da mas facilmente también.

Pero volviendo al inicio, sobre la pregunta si todos son tan burros me gustaria invitar  a muchas, la mayoria de mis alumnas a que miren sus paredes o muebles,  porque con una vista rapida por sus casas encuentro muchas creaciones hermosas hechas por sus manos: tejidos, cuadros, adornos, objetos pintados y/o restaurados…en fin muchas creaciones que me encantan y demuestran claramente que no lo pude hacer un «burro» la delicadeza del bolillo, puntos perfectos con dos ajugas o crochet, las ciudades en miniatura, tantas cosas que no puedo recordar ahora pero me gustaría si me lo permiten exponerlos aqui.

¿Quién me lo permite?

1. Ana Vilecco

2. Pepi Rio

3. Norma Griguelo

4. Martha Cemino

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